martes, 28 de mayo de 2013

Ramón Guillermo Aveledo: "Hacer campaña en Venezuela es en un acto heroico"

Durante la Mesa de Análisis sobre las elecciones venezolanas que se llevó a cabo en la ciudad de Miami, Florida, el secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática, Ramón Guillermo Aveledo explicó que hacer campaña en Venezuela está condicionado por un marco global de instituciones comprometidas con la hegemonía del poder,  que hacen la actividad electoral desequilibrada y por ende más difícil.

Calificó como factor principal la naturaleza del régimen al que se enfrenta la alternativa democrática y las instituciones involucradas en cada jornada: el Consejo Nacional Electoral, los medios, la administración pública y la Fuerza Armada. “Hacer campaña con un actor de vocación hegemónica cambia el juego político. Si ese actor está en el poder, entonces lo más probable es que las reglas del juego no se apliquen a todos por igual. Si además no se conoce la legitimidad, la Unidad debe, imperativamente, cambiar su estrategia. Hacer campaña en Venezuela es un acto heroico”.

Frente a panelistas como Mario Elgarresta (USA), Carlos Escalante (Venezuela), Gustavo Delfino (Venezuela), Carlos Alberto Montaner (USA), Julio Pizetti (Argentina) y JJ Rendón (Venezuela); Aveledo señaló que la parcialidad del árbitro es otro de los grandes escollos que la Unidad tiene que sortear. Sin diálogo y con la estrategia del gobierno de controlar a los poderes públicos, entre ellos el electoral; el CNE ha negado sistemáticamente la mayoría de los procedimientos solicitados en contra de la administración oficial, inclusive las 150 denuncias puntuales contra los abusos del gobierno en los días previos a la elección.
 


Manipulación de fechas electorales para ajustarse a la estrategia gubernamental, presencia limitada de observadores internacionales y discriminación comunicacional, al permitirle al candidato de la alternativa solo tres minutos de mensajes diarios, mientras que su contendor echa mano de los minutos que otorga la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión, así como el uso indiscriminado de cadenas nacionales, sin regulación alguna, son prueba de los desequilibrios a los que se enfrentan los venezolanos, continuó Aveledo.

“Nunca antes en la historia de Venezuela un gobierno había sido tan descarado en el uso de los bienes de la Nación, para favorecer a sus candidatos. El Gobierno maneja un presupuesto paralelo, al margen de cualquier control legislativo, y el uso de esos fondos y activos se sumó el terror puro y simple para obligar a los empleados del Estado a votar por el oficialismo”, refirió Aveledo sobre el proceso del 14 de abril de 2013.

Continúo aseverando que hacer campaña en Venezuela significa luchar contra un monstruo mediático.  El gobierno cubre todas las áreas comunicacionales, según datos ofrecidos por Marcelino Bisbal, el gobierno cuenta con seis televisoras nacionales, una continental y 36 comunitarias; un periódico nacional, dos locales, 120 comunitarios, 110 páginas web, un satélite y dos empresas de telecomunicaciones, además de su presencia en las redes sociales.

“Los medios independientes sufren un cerco político que hace aún más difícil su trabajo, por no decir imposible. Por ejemplo, tienen prohibida la entrada a eventos públicos, los funcionarios no dan entrevistas y el fomento del odio hacia ellos es constante poniendo en riesgo su trabajo y su integridad”, sentenció el secretario ejecutivo de la Unidad.

Por último, pero no menos importante, Aveledo puntualizó la actuación de la Fuerza Armada, que pese al intento descarado del oficialismo por controlarlas y ponerlas al servicio de sus intereses parciales, en su mayoría mantiene una actitud institucional. Lo que no se puede decir del comportamiento del Alto Mando Militar. “No estaba frío aún el cuerpo del Presidente Chávez, cuando el Ministro de Defensa, Diego Molero, dijo que la FAN debía garantizar la elección del candidato oficialista”, dijo.

En suma, incluso sin fraude,  Aveledo aseguró que el oficialismo no es mayoría en Venezuela. “Si descontamos el miedo, el chantaje, el desequilibrio de medios, la parcialización de las instituciones y el clientelismo, entonces veremos que dejaron de ser la mayor fuerza política hace mucho tiempo”, concluyó.